En la espiral de la vida, en la que nunca se vuelve al mismo sitio, en la que siempre hay expansión, a veces el camino se tiñe de un complicado color.
Es tu vibración, la que se interpone en mi camino hacia la sonrisa, la que encoge como a un bebe dormido, esperando que pase la ensoñación oscura.
Porque yo camino con el corazón abierto, expuesto, dispuesto.
Tu no lo puedes ver, porque ni si quiera te guías por la razón. Porque ni si quiera utilizas la visión, solo la visualización del final, de tu final, de tu meta, acabar.
Pero el camino no lo haces en soledad, algún día serás consciente, algún día , quizá puedas volver atrás.
Lo que pierdes ahora nunca se podrá recuperar, lo que aprendo contigo no me lo volverás a enseñar. Por eso en el futuro no te necesitaré, porque serás pasado, serás una vibración en sus últimas ondas.
Ahora me afectas, me bajas, me dueles, me inspiras a luchar y a permanecer en silencio.
Me inspiras sobre todo a no ser como tu.
Cuida tu vibración, aleja a los seres de tu alrededor.
Crúzate en mi camino si quieres, aprenderé de ti y seguiré adelante, lentamente, pensándome, disfrutando de todos los colores que la vida me dibuja, incluso tu color negro.
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