La vida y sus diferentes texturas, alegrías para despertar los sentidos.
Una suave flor acariciando la cara, con sus suaves pétalos, su frescor del rocío.
Un frío hilo de frío viento que se cuela por la manga del abrigo.
Hundir los dedos en la masa de las galletas.
Acariciar un suave gato negro.
Caricias, abrazos, besos, no hay dos iguales, siempre irrepetibles, siempre preciosos cuando van con corazón. La calma del tacto a nada se puede igualar, la suavidad de unos labios en la mejilla, o mejor aun en los mismos labios, hacen que no haga falta nada más. Por un instante podría ser nuestro abrigo, alimento, energía...todo lo necesario.
Siempre con necesidad de tacto, siempre deseando ese abrazo, siempre deseando que mis brazos sean tu reposo, siempre dispuesta a darte amor, a recibirlo, a transformarlo.
Quiero descubrir todas las texturas de tu ropa fundiéndose con la mía, la amistad, el amor, la ilusión y el miedo. Pero que sea en un abrazo, sin censura, como queramos, donde queramos, porque es todo lo que necesitamos.
Acaricia
Besa
Vive
