Compartiendo la energía solar

Porque los rayos pueden ser colores, en blanco y negro, fuertes, débiles, quemadores, bronceadores...pero siempre con energía. Toda energía puede ser alimento, y eso quiero compartir, alimento para el corazón, para todos los corazones que pasan hambre, sed o estan saciados. Para todos, calor de soles!

27 de abril de 2011

HABÍA UNA VEZ...

Un sentimiento llamado MIEDO.
MIEDO era aventurero y estaba deseoso de crecer en diferentes rincones del mundo, en diferentes ojos y almas, en diferentes amaneceres.
Decidió emprender el camino de los colores, de la luz y la oscuridad, de los nuevos soles de colores (Si señores, los sentimientos también viajan. No duden que iran con ustedes alla donde vayan. Ocupan poco espacio y no necesitan billete).

Pero un día...
MIEDO se encontró con ILUSIÓN y CARIÑO, que también habían emprendido viaje hacia nuevos horizontes.
Los tres eran amigos desde pequeños, aunque la vida los hubiese separado, y decidieron caminar juntos y conocerse una vez más.

Pasaban las horas y MIEDO no se encontraba bien, no se encontraba con fuerzas y cuando se miraba en el espejo de la vida se veía más pequeñito que otras veces.
Cada vez que respiraba ese aire, el mismo que respiraban ILUSIÓN y CARIÑO notaba como algo se encogía por dentro.

Asi, MIEDO tomó una decisión: soltó las riendas y la guía de viaje de los amaneceres, y se dejó llevar por ILUSIÓN y CARIÑO, se dejó mimar, se dejó acariciar, se dejó besar, se dejó querer...
Se dejó llenar de felicidad.

Y llego el momento...
Llego la despedida.
MIEDO, entre pájaros de hierro y los rayos de sol de la mañana habló con ILUSIÓN y CARIÑO
19 rupias que se convirtieron en impulsos de vida, de sentimientos, de confusión y alegría.
19 rupias de miedo, de calor, de abrazos en el aire.
19 rupias de te quiero y no se como.

MIEDO tiene miedo.
Llora y algo le duele. Algo que estaba roto ha sido removido.

MIEDO quiere estar solo, curarse y encontrar su lugar...o su "no lugar"

3 comentarios:

  1. No es tan omplicado pasear con MIEDO, siempre y cuando se conozcan sus gustos y aficiones...

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  2. A mi miedo me gusta porque siento que con él me conozco más y me hace plantear retos. Hombre pasear con miedo es complicado, a veces no se quiere ir a jugar a los columpios para dejarte un rato tranquila.

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  3. Paseemos a los miedos. Si vamos juntas quizá se hagan amigos y se acerquen a los columpios!

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