Finales de etapa, comienzo de sueños.
Pensé que el final sería estrepitoso, como una caída al vacío, como un salto sin red.
Pero curiosamente se ha llenado de calma.
Se organiza a veces sin quererlo, por si mismo, el tiempo y el corazón.
Han encontrado su paso, van lentos, sonriendo y en paz.
Soltar va a ser difícil, desarraigarse.
Pero aprender a enraizar en otra tierra solo tiene una manera de hacerse,
cruzar nuevos horizontes y crecer en ellos.
Brindo por los cambios.
Por los sueños.
Por la vida y por los sueños!