No, no me puedo sostener sola, necesito un punto de apoyo.
O quizá muchos a la vez, dependiendo del peso que queramos sostener.
Me apoyé en la pata equivocada en la que no puede aguantar su propio peso.
Me abracé a ella, le pedí que fuese fuerte...no fui justa.
No se puede ser punto de apoyo y pedir a la vez que te sujeten.
Correr, hablar, llorar, amanecer, todos encontrados en en tan poco tiempo que ni el reloj ha tenido tiempo de girar.
Pero yo si giro, otra vez, vuelvo al punto donde estuve, vuelvo a sentir cosas bonitas, a las que les falta el aire y no pueden continuar.
Porque ahora respiro menos, y no puedo esperar que tu lo hagas por mi.
Respiraré sola, puedo acerlo. Tomaré otras manos.
Manos, que se convierten en abrazos, os necesito.
Me pasan todas las caritas por delante ahora, estaís conmigo, lo se.