Decidir meter los pies en el agua, sabiendo que será alivio, pero no curación.
Disfrutar del pequeño momento, dejar que la corriente juege, que acaricie suavemente y hiele la piel.
Mover los dedos, jugar con ellos, porque son parte del cuerpo y complices del alma, ya que la conducen donde ella manda.
Obedientes servidores, compañeros y luchadores, que estando tan lejos del motor tienen la fuerza del movimiento.
Caminar y sentir, el secreto de la vida, pisar diferentes terrenos, nadar en diferentes aguas, dejarse mecer por el viento...disfrutar!
Caminemos hacia la vida, hacia el sentir, el ser y el querer ser y no ser