Así es como vivimos en muchas ocasiones, cerrando las cortinas, colocando unas que dejen pasar la luz, otras opacas, incluso impermeables.
Las palabras no pueden traspasarlas, no saben como hacerlo cuando nos envolvemos en esas caprichosas telas de colores.
Sería tan bonito dejar entrar la luz por la ventana...incluso esa luz que anuncia tormenta, y así podernos preparar antes que llegue el agua.
Pero que engañados estamos!Tarde o temprano hay que salir de la cortina, liberar la palabras, abrazar, sentir a los demás. Con la tela "protectora de excusas" solo nos hacemos daño a nostros y a los que nos rodean.
Pobre sinceridad, animal salvaje maltratado, que acostumbra a correr libre cuando somos niños, y poco a poco vamos llenando de telas que lo ennvuelven.
Palabras-Libertad-Sinceridad, preciosas amigas que a pocos lugares van juntas...