La belleza de la flor unida al fluir del agua
su ligereza convertida en compromiso con el río,
ya no será una flor nunca más.
Seguirá siendo bonita, seguirá siendo amor.
Perdió su tallo, su raíz,
y con ello la posibilidad de decidir,
de abrirse cada mañana.
de saludar al sol,
De perdurar.
A cambio honrará a dioses y corazones necesitados,
calmará penas y sembrará esperanzas,
en las manos que le hacen cruzar el viento,
y le hacen llegar al húmedo final.
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