Porque tengo miedo.
Seguir el vuelo de un pájaro libre es complicado, más cuando te cuenta que quiere que vueles a su lado.
Será que no es tan libre?
El miedo es su fiel compañero, grande y astuto consejero, que sabe hacer temblar las paredes de corazón, hasta que la sacudida hace tambalear el vuelo.
Para volar necesita estabilidad, para volar necesita fuertes alas...para volar necesita saber si se puede posar a descansar.
Subir y bajar, a tu lado, de la mano de tu ala. De tu ala con la mía, de tus plumas y las mías entrelazadas.
Espera, no! Así no se puede volar.
Te espero arriba para disfrutar del paisaje, te espero abajo para disfrutar de hundir las patas en la tierra, te deseo en el resto del camino, del vuelo.
Me lo cuento, trato de vivirlo, podré hacerlo, podre disfrutar de tus caricias al posarme, de tu sonrisa al volar, de añorarte en la distancia.
Siento tus alas, abrazan las mías, me hace feliz.
Echarte de menos.
Se despierta el corazón.
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